PRIMER DIA 24 DICIEMBRE
Buenos días diario. He abierto la ventana de la habitación y ya se
puede oír el ambiente navideño. Aquí, en Nueva York se celebra
por todo lo alto. Cuando llega la navidad, todo se vuelve bonito,
colorido y muy muy alegre.
Esta noche es noche buena y toda la familia hemos decido venirnos
a Nueva York para pasar unas navidades diferentes.
Estamos preparando todo para que esta noche sea especial.
Lo celebraremos en una casa rural muy cerquita de nuestro aloja-
miento actual.
Hoy, por la mañana, hemos ido a comprar la comida para la cena y
adornos para decorar, pues aquí está lleno de tiendas preciosas de
adornos navideños. También he aprovechado para comprar unos regalitos.
Hemos comido en un restaurante muy curioso, pues para entrar a comer,
era requisito imprescindible ir vestido de algo relacionado con la navidad.
Obviamente, no teníamos disfraz, así que no hemos tardado en entrar a
una tienda cercana a comprar unos trajes.
Yo me he disfrazado de mamá Noel, y aunque me daba vergüenza entrar,
me tranquilizaba saber que había personas disfrazadas de pandereta,
zambomba, incluso de árbol de navidad.
La cena ha estado muy divertida y animada.
Hemos salido al jardín de la casa y, aunque con mucho frio, hemos conseguido
hacer un muñeco de nieve gigante, al que no faltaba ni el más mínimo detalle.
Ha sido un día genial.
SEGUNDO DÍA 25 DICIEMBRE
Me he vuelto loca pensando, imposible!!
Este día lo dejo en blanco, no tengo ganas de escribir…
TERCER DÍA 26 DICIEMBRE
Buenos días, hoy me encuentro más animada!
Como ya se va acercando noche vieja, y dejamos atrás este año 2011,
quiero dejar por escrito las tres mejores cosas que me han ocurrido en
este año.
Empecemos… La primera cosa y la mejor ha sido el viaje que hice
con mis amigas a Londres.
Lo pasamos genial e hicimos un montón de planes juntas, fue muy divertido.
Fueron seis días llenos de buenos recuerdos y cargados de planes.
Fuimos a patinar sobre hielo, excursiones, compras, comidas, cenas y
Fiestas.
Otra de las mejores cosas del año ha sido el curso de buceo que me
regalaron mis padres por mi cumpleaños.
El curso era de tres días intensos por el océano a grandes profundidades para
ver los diferentes tipos de peces, plantas, algas y como prioridad
aprender a bucear.
Fue genial y me impresionó mucho lo bello que es el mar, lo que se esconde
tras él y lo desconocido que es.
Fueron tres días inolvidables y cargados de sensaciones.
Una de mis pasiones son los tiburones asique el ultimo día fuimos a verlos
metidos en una jaula.
Estaba temblando, pues no era lo mismo verlos por televisión que en directo
y a menos de un metro de distancia. Afortunadamente no hubo ningún percance
y todo salió como habíamos planeado.
Por último, mi tercera cosa ha sido este maravilloso viaje a Nueva York, en
estas fechas tan señaladas. Ha sido un viaje muy divertido.
He conocido otra cultura, otra gente y otra forma de vivir la navidad.
Una experiencia inolvidable y que probablemente repita otro año, porque
merece la pena, me ha encantado.
CUARTO DÍA 27 DICIEMBRE
Buenos días otra vez. Aún sigo en Nueva York.
Hace muchísimo frio, llevo toda la mañana dando un paseo
por las calles más céntricas, y lo que más me apetece es tomarme
un café calentito, así que he entrado en una cafetería a tomarme un café
con unos bollos que están buenísimos.
Pensando lo que escribí ayer sobre las mejores cosas que me habían
pasado este año, he decidido escribir también las tres cosas peores.
¿Por qué no? Empecemos entonces…
Aún recuerdo aquel veintisiete de Julio cuando iba de camino a Málaga.
Era verano y hacía muchísimo calor.
También era mi primer viaje en coche largo, después de haberme sacado
el carnet de conducir.
Eran las cinco de la tarde y me incorporaba a la autovía después de haber
parado en un bar de carretera para comer.
Había bastante tráfico, estaba parada y no avanzaba más de diez
kilómetros por hora. De repente un coche a bastante velocidad me chocó
por detrás causando así un accidente y colisionando a mas de tres coches.
Por suerte no hubo heridos graves pero aún sigo padeciendo las secuelas
en mi cuello.
La segunda cosa fue también en verano.
Me encontraba en San Sebastián, un día caluroso pero nublado.
Como no había nada mejor que hacer, me fui a dar un baño con
mis primos. La bandera estaba amarilla pero el mar parecía calmado.
Nos estábamos bañando tranquilamente cuando, de repente un fuerte
remolino bajo el agua me metía hacia dentro.
Afortunadamente pude salir pero pasé un momento de gran agobio.
La tercera y última cosa fue más bien un susto.
Me fui al Safari Park con mi novio, una tarde de invierno.
No había ido nunca y no sabía cómo era.
Comenzamos el recorrido con el coche viendo los animales.
Mientras los monos se subían al coche vi como a lo lejos se acercaba
un rinoceronte a paso acelerado. Del susto nos fuimos corriendo de
allí y nos quedamos sin ver a penas nada.
QUINTO DÍA 28 DICIEMBRE
Buenas tardes, hoy es mi último día en Nueva York.
Estoy haciendo las maletas pero no me apetece nada irme de aquí,
Me encuentro muy a gusto y he dejado muchas cosas sin poder hacer.
Desde los primeros días, teníamos planeado ir a montar en globo.
Es una de mis ilusiones desde que era muy pequeña.
Parecía que no nos daría tiempo hacer todo, teníamos la mente llena
de planes pero no pudo ser. El día lo aprovecharíamos al máximo pero
fue imposible cumplir con todos los planes previstos.
Además, para ir a montar en globo teníamos que desplazarnos en helicóptero
Y perderíamos mucho tiempo, casi un día completo.
Otra de mis grandes ilusiones de ir a Nueva York era subir al Empire State.
Mis primos habían estado y me contaron que las vistas son una pasada
y que no podíamos dejarlo pasar. Ese era nuestro plan de la
mañana del veintiséis.
Nos arreglamos y nos fuimos al Empire State. No nos lo podíamos creer,
la cola era impresionante.
Preguntamos y nos dijeron que llevaban en la cola unas tres horas.
No dudamos en irnos y aunque con mucha pena, nos fuimos sin poder
disfrutar de aquellas vistas.
Otra vez será…
La última cosa y quizás la que más ilusión me hubiera hecho fue la
gran pasarela de grandes modistos que se celebraba en la Quinta Avenida,
con motivo de la navidad.
Pensamos que sería fácil acceder pero las entrabas llevaban agotadas
desde hacía semanas. Otro plan fallido pero tres motivos por los que volver a Nueva York.
SEXTO DÍA 29 DICIEMBRE
Ya me encuentro en el avión. Llevo dos horas de viaje.
Me ha tocado un asiento con un olor peculiar y el tacto de
la tela es un poco desagradable pero estoy tan cansada que voy
a caer rendida.
Ahora mismo estamos sobrevolando el mar y las vistas son preciosas
e impactantes, pues puedo ver en el mar grandes manchas que se mueven,
supongo que serán ballenas o grandes rocas que emergen del fondo
del mar.
Es la hora de comer, y las azafatas han comenzado a repartir la comida
a los pasajeros.
Me han servido una empanada deliciosa aunque el café de postre estaba
un poco amargo.
Me muero del sueño, voy a dormir un rato y cuando despierte
retomo la escritura en este maravilloso viaje que me acompaña
en todos mis viajes.
Ya me he despertado, he dormido tres horas y os voy a contar lo que
ha ocurrido mientras estaba durmiendo tranquilamente.
Me ha despertado un pitido horrible, eran las azafatas, estaban
avisando del olor a quemado, era muy penetrante y había mucho humo.
Volvían los pitidos desagradables avisando de un avería en el motor
que gracias a Dios pudo ser solventada.
Tras volver la calma, todo había quedado revuelto, se notaba tensión
en el ambiente y los asientos estaban pegajosos del humo que había
conseguido entrar.
Tras un largo y delicado viaje llegamos a Madrid. Todo volvía a ser como antes.
¡Hasta la próxima!