Y ojalá que lo que queda por venir sea bueno, que lo recordemos con una sonrisa y alguna lágrima, y no todo será prefecto claro…ni fácil tampoco, pero ¿nos gustan los retos no? Pues adelante, el que no arriesga no gana. Ojalá que los amigos estén ahí en lo bueno y en lo malo, que las risas retumben y contagien y que los llantos calmen y alivien. Ojalá que aparezca esa persona especial o que se haga notar. Ojalá que avancemos el camino juntos, que alcancemos nuestras metas y que si nos perdemos por el camino, nos encontremos. Ojalá seamos felices pero si tenemos que vivir en la oscuridad, lo hagamos con valentía y esperemos a las estrellas de la noche. Ojalá que nos cuiden los que faltan. Ojalá que nos hagamos conocer y enseñemos lo mucho que valemos. Ojalá que nuestras voces se oigan y salven a las personas. Ojalá que demos lo mejor de nosotros sin esperar nada a cambio. Ojalá que si sufrimos, nos hagamos mejores personas. Ojalá que disfrutemos de las pequeñas cosas de la vida que la hacen extraordinaria. Ojalá que vivamos despacio y aprovechemos los minutos, que las prisas no son buenas. Y ojalá que vivamos tanto y tan bueno, que no necesitemos contarlo…pero dejemos los “ojalá” y seamos honestos, LO QUE ESTÁ POR VENIR SERÁ GRANDE porque nosotros lo somos.
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